Debido al arrollamiento de una persona en la estación de Galapagar-La Navata, se interrumpió el servicio entre las estaciones de Torrelodones y Villalba en ambos sentidos, desde minutos antes de las 13:30 horas de este lunes y hasta las 14:40 horas, generando retrasos acumulados en trenes siguientes.
El triste suceso, protagonizado por un tren con destino Príncipe Pío que no pudo hacer absolutamente nada para evitar la tragedia, generó inconvenientes a los numerosos usuarios del Cercanías. Madres buscando taxis en La Navata para ir a buscar a sus hijos pequeños a la salida del colegio en Villalba; trabajadores con prisa, estudiantes que intentaban llegar a Madrid para un examen, o gente que retornaba de Madrid y no podía continuar desde la estación de Las Matas; son solo una muestra de las molestias ocasionadas a los usuarios. Sin duda, molestias difícilmente asimilables a las sensaciones que tendrá el maquinista del tren o los familiares de la persona fallecida.
Un gran despliegue de medios llegó hasta la estación galapagueña, incluyendo ambulancias y un helicóptero del SUMMA112, además de varias dotaciones de Bomberos, Guardia Civil, Policía de Galapagar y personal de Adif; pero nada se pudo hacer más que certificar la muerte y proceder al levantamiento del cadáver. No han trascendido las causas del suceso.
A las 14:44 horas, el servicio de Cercanías Madrid informaba del restablecimiento del servicio entre las estaciones de Galapagar y Villalba, y de las posibles demoras acumuladas en los trenes siguientes.
Algunos pasajeros se quejaban de la falta de medios alternativos para trasladarse entre las estaciones bloqueadas; pero ante hechos imprevisibles así, creemos que coordinar autobuses rápidamente es muy difícil, y que lo que prima es restablecer el servicio lo antes posible, como —dadas las circunstancias— parece que se ha hecho.
Yo estaba en el tren que iba a El Escorial y cuando ocurrió estábamos en Torrelodones. Al cabo de 10 minutos se dió autorización para seguir dado que se había producido en la vía contraria. Posteriormente se decidiría cortar la circulación, así que debió ser el único tren que pasó hasta que se pudo restablecer el servicio
Al pasar vi al hombre, que nadie había cubierto porque en ese momento llegaba la ambulancia. No era una imagen macabra, sino la de un hombre joven con barba, aspecto cuidado y rosto sereno que parecía que dormía. Pensé en él todo el día (y aún pienso): llegaría tarde y cruzaría indebidamente.
Cuántas veces arriesgamos porque vamos apurados, y luego ya no llegamos.
Mi pésame a su familia.